Devocional- Día #2 Alerta de Seguridad
- Orlando Rodríguez Fonseca

- 8 jul
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 9 jul
Lectura base: Gálatas 1:1-2
Cuando Pablo comienza su carta a los Gálatas, no inicia con saludos cordiales ni palabras suaves. Comienza reclamando su autoridad. No como un fundador cualquiera, sino como un apóstol enviado directamente por Jesucristo y por Dios el Padre.
¿Por qué es esto importante? Porque los Gálatas estaban comenzando a desconectarse del evangelio de la gracia. Y Pablo sabía que, para hacerles volver al camino correcto, debía recordarles que él no hablaba por sí mismo, sino con autoridad divina.
¿Qué se requería para ser apóstol?
Los apóstoles originales no eran autodesignados. Jesús mismo los eligió, capacitó y envió. Entre los requisitos esenciales estaban:
1. Ser escogido directamente por Jesucristo (Lucas 6:13)
2. Haber sido testigo del Cristo resucitado (Hechos 1:21-22)
3. Haber convivido con Jesús durante su ministerio (Hechos 1:21)
4. Recibir autoridad y misión directamente de Jesús (Mateo 10:1-2)
5. Tener evidencias sobrenaturales (milagros) (2 Corintios 12:12)
¿Y Pablo? ¿Calificaba?
¡Sí! Aunque no fue uno de los doce, Pablo cumple con cada requisito desde su experiencia con Jesús camino a Damasco:
• Fue escogido directamente por Cristo (Hechos 9:3-6; Gálatas 1:1)
• Fue testigo del Cristo resucitado (1 Corintios 9:1; 15:3-8)
• Aunque no convivió con Jesús encarnado, recibió revelación directa del Señor (Gálatas 1:11-12)
• Fue comisionado con autoridad divina (Hechos 26:15-18)
• Dios hizo milagros por su mano (Hechos 19:11-12)
Incluso los apóstoles originales reconocieron su llamado (Gálatas 2:7-9).
Una carta con peso celestial
Pablo no escribió Gálatas como un amigo con una opinión, ni como un motivador. Escribió como apóstol de Jesucristo, con autoridad, amor y urgencia. Llevaba en su corazón una carga por las iglesias (2 Corintios 11:28) y deseaba ver cómo estaban (Hechos 15:36).
Esta carta no es solo historia. Es una intervención divina. Una alerta espiritual. Una voz apostólica, inspirada por Dios, que aún nos habla hoy.
Verdad para atesorar
Gálatas no es una opinión antigua. Es la voz del cielo, hablándonos con urgencia. Ignorarla no es desobedecer a Pablo, es ignorar a Dios mismo.
Oración
Señor, gracias por levantar a hombres como Pablo para hablarnos con autoridad y verdad. Ayúdame a escuchar tu Palabra con reverencia y prontitud. Que no apague, ignore ni silencie tu voz. Amén.
Preguntas para reflexión personal
1. ¿Tomas en serio la autoridad de las Escrituras en tu vida diaria?
2. ¿Qué haces cuando Dios activa una “alerta de seguridad” espiritual en tu corazón?
3. ¿Has tratado las advertencias bíblicas como sugerencias en lugar de mandatos?
4. ¿Estás viviendo en “modo gracia” o lo has desactivado sin darte cuenta?
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