Día 13 – Transformados por Gracia

Lectura base: Gálatas 1:15–17

Tema: Dios nos transforma por Su evangelio

Gloria a Dios por el evangelio de la gracia, porque derriba todo muro de altivez para construir un corazón lleno de Él.

Pablo lo experimentó así:

“Pero cuando Dios, que me apartó desde el vientre de mi madre y me llamó por Su gracia, tuvo a bien revelar a Su Hijo en mí para que yo lo anunciara entre los gentiles…” (v. 15–16)

Pablo no solo fue liberado del pecado… también fue liberado del orgullo religioso.

El evangelio lo tumbó del caballo y lo dejó ciego —no solo físicamente, sino ciego a su propia justicia.

Él mismo lo confiesa con fuerza en Filipenses 3:7–9 (NTV):

“Antes creía que esas cosas eran valiosas, pero ahora considero que no tienen ningún valor… Todo lo demás no vale nada cuando se le compara con el infinito valor de conocer a Cristo… Ya no me apoyo en mi propia justicia… más bien, llego a ser justo por medio de la fe en Cristo.”

Ese es el poder del evangelio: no convence con argumentos, transforma con encuentros.

No se trata de lo que hacemos, sino de lo que Cristo ya hizo.

Solo cuando dejamos de apoyarnos en nuestras obras, y confiamos completamente en Su gracia, somos verdaderamente validados por Dios.

El evangelio que Pablo predicaba no fue inventado ni enseñado por hombres.

Él insiste en eso una vez más:

“No consulté enseguida con carne y sangre… sino que fui a Arabia, y regresé otra vez a Damasco.” (v. 16–17)

¿Por qué enfatiza tanto eso?

Porque Pablo quiere que se entienda que el evangelio es de Dios, su mensaje proviene de Él, y su poder transformador viene a través de Su Espíritu.

Una imagen para entenderlo

Imagina un hermoso vitral en una catedral.

Cuando el sol atraviesa ese vitral, se proyectan colores brillantes en el interior del templo.

En esta imagen:

• Dios es la fuente de luz (el sol)

• El vitral es el evangelio

• La proyección de colores representa la obra del Espíritu Santo en nuestras vidas

Nada funciona separado:

• la luz no se ve sin el vitral,

• y el vitral no sirve sin la luz.

Pero juntos, revelan belleza y transformación.

Así también, Dios, a través de Su evangelio y Su Espíritu, transforma nuestras vidas de una forma que nadie más puede lograr.

Verdad para atesorar

El evangelio no solo nos salva del pecado, también nos libera de la confianza en nosotros mismos y nos transforma desde adentro.

Oración

Señor, gracias por derribar mis muros de orgullo y mostrarme que solo en tu gracia hay verdadera transformación. Ayúdame a vivir no confiando en lo que yo hago, sino descansando en lo que Cristo ya hizo. Sé tú la luz que atraviesa mi vida y que transforma mi interior. Amén.

Preguntas para reflexión personal

1. ¿Has intentado apoyarte en tus propios logros espirituales para sentirte aceptado por Dios?

   
   

2. ¿Cómo ha transformado tu vida el evangelio desde que lo recibiste?

   
   

3. ¿Permites que el Espíritu proyecte en tu vida la belleza del evangelio, o aún hay zonas donde resistes Su obra?