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Día 37 – La fe vino antes

  • Foto del escritor: Orlando Rodríguez Fonseca
    Orlando Rodríguez Fonseca
  • 2 sept
  • 2 Min. de lectura

Lectura base: Gálatas 3:6

Tema: La fe es el requisito que Dios siempre pidió




Reflexión


¿Alguna vez te han excluido por no cumplir con ciertos requisitos? Quizás un equipo deportivo porque no tenías la estatura, un empleo porque no tenías el diploma, o un lugar al que no pudiste entrar por no ser “miembro”. Hasta en la iglesia a veces alguien se puede sentir fuera de lugar porque no viste, habla o se comporta como los demás esperan.


Eso mismo querían hacer los falsos maestros con los gálatas: levantar barreras humanas para pertenecer al pueblo de Dios. Pero Pablo responde con contundencia: lo que nos hace parte de la familia de Dios no son códigos externos, sino la fe, como en Abraham.


Los adversarios usaban Génesis 17 (la circuncisión) como argumento. Pablo, en cambio, regresa a Génesis 15: “Abraham creyó a Dios, y le fue contado por justicia”. En secuencia, el capítulo 15 viene antes que el 17. En términos espirituales: antes de que existiera un cuchillo de circuncisión en la mano de Abraham, ya existía fe en su corazón.


Lo que lo hizo justo delante de Dios no fue cumplir con un requisito ritual, sino creer en la promesa.



Verdad para atesorar


La aceptación delante de Dios nunca dependió de requisitos humanos. La fe en Su promesa siempre vino primero.



Oración


Señor, gracias porque tu salvación no depende de requisitos que yo no puedo cumplir, sino de la fe en Cristo. Ayúdame a recordar que lo que me justifica no son mis obras, sino tu gracia.



Preguntas para reflexión personal

1. ¿Has sentido alguna vez que alguien te excluyó espiritualmente por no cumplir con sus requisitos?

2. ¿Tiendes a poner condiciones a otros que Dios nunca puso para aceptarlos?

3. ¿Qué te enseña el ejemplo de Abraham sobre la prioridad de la fe por encima de los rituales?

Comentarios


Sobre nosotros

"En cambio, hablaremos la verdad con amor y así creceremos en todo sentido hasta parecernos más y más a Cristo, quien es la cabeza de su cuerpo, que es la iglesia. Él hace que todo el cuerpo encaje perfectamente. Y cada parte, al cumplir con su función específica, ayuda a que las demás se desarrollen, y entonces todo el cuerpo crece y está sano y lleno de amor."

Efesios 4:15-16

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