Día 38 – Dos caminos, una sola vida verdadera

Lectura base: Gálatas 3:11–13

Tema: El camino de la fe vs. el camino de la ley

Reflexión

Pablo presenta un contraste radical: el camino de la ley y el camino de la fe. Y son totalmente distintos.

El camino de la ley es vivir bajo la presión de un estándar imposible:

• Como el estudiante que piensa: “Si saco todas A+, entonces valgo y seré aceptado.”

• Como el que mide su valor por los "likes" y seguidores en redes sociales.

• Como el trabajador que vive obsesionado con cumplir cada regla para mantener la aprobación de su jefe.

En todos esos casos, la aceptación depende del desempeño. Y si fallas una vez, el peso de la condena cae sobre ti. Pablo lo resume: “El que vive por la ley, vivirá por ella”. Es decir, tu vida depende de cumplirla perfectamente.

En contraste, el camino de la fe es vivir en libertad y gratitud:

• Como el hijo adoptado que no hizo nada para ganarse el apellido, pero ya lo lleva con honra.

• Como el creyente que sabe que su aceptación está asegurada en Cristo, y obedece no para ser amado, sino porque ya lo es.

La fe nos da seguridad: no vivimos con miedo de perder, sino con gratitud porque ya tenemos todo en Cristo.

¿Y por qué podemos vivir así? Porque Cristo mismo nos rescató de la maldición de la ley. Cuando fue colgado en la cruz, cargó sobre sí toda nuestra condena. En vez de que la ley nos declare malditos, ahora podemos decir: somos libres en Él.

Verdad para atesorar

El camino de la fe es vivir confiando en lo que Cristo ya hizo, no en lo que yo debo lograr.

Oración

Señor, gracias porque ya no vivo bajo la presión de ganarme tu aceptación. Gracias porque Jesús cargó con mi condena y me dio vida por la fe. Enséñame a vivir cada día con gratitud, en la libertad que tu gracia me da.

Amén

Preguntas para reflexión personal

1. ¿Tiendes a medir tu valor por tu desempeño en estudios, trabajo, familia o ministerio?

2. ¿Qué ejemplos actuales de “camino de la ley” puedes identificar en tu vida?

3. ¿Cómo puedes practicar hoy vivir con la gratitud y libertad que vienen del “camino de la fe”?