El Libro que puso al mundo de cabeza.

Texto base:

“El justo por la fe vivirá.”

— Romanos 1:17

Reflexión:

“La mayor tragedia no es no tener Biblia… es tenerla cerrada.”

Hace más de quinientos años, un joven llamado Martín Lutero vivía atormentado. Aunque ayunaba, oraba por horas y se confesaba constantemente, seguía sintiendo que no estaba bien con Dios. Su alma anhelaba paz, pero solo encontraba incertidumbre.

Todo cambió el día que abrió el Libro.

Mientras leía la carta a los Romanos, sus ojos se posaron sobre una frase que lo sacudió por dentro:

“El justo por la fe vivirá.”

Ese día no solo se le abrieron los ojos… ¡se le abrió el cielo! Lutero escribió:

“Sentí que había nacido de nuevo y que las puertas del paraíso me habían sido abiertas.”

Ese encuentro con la Escritura cambió su vida… y la historia del mundo. La Reforma Protestante no nació de una protesta, sino de una Biblia abierta.

Pero este no fue el primer caso.

Años antes, otro líder abrió un libro olvidado: el rey Josías. Aunque vivía tratando de agradar a Dios, había un vacío. El pueblo seguía tradiciones, el templo estaba descuidado, y la Palabra… olvidada.

Hasta que un día, entre los escombros del templo, apareció el libro de la Ley. Se lo leyeron al rey, y al escucharlo, Josías rasgó sus vestiduras, se humilló y reformó toda la nación.

Lo que Lutero hizo con una Europa confundida, Josías lo hizo con un reino extraviado.

Todo comenzó igual: alguien abrió el Libro.

Aplicación:

¿Y tú? ¿Hace cuánto no abres la Biblia?

No hablamos solo de pasar la vista por unas páginas.

Hablamos de detenerte, escuchar y dejar que Dios te hable.

Porque el problema más grave no es vivir sin Biblia.

Es tenerla cerca… y no abrirla.

• ¿Estás buscando dirección?

  
  

• ¿Sientes que algo no está bien en tu vida espiritual?

  
  

• ¿Tienes una fe heredada, pero sin convicción profunda?

¡Abre el Libro!

La fe no se hereda… se descubre.

Y esa fe viene por el oír, y el oír por la Palabra de Dios (Romanos 10:17).