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Huyendo del Caos (Primera parte)

  • Gustavo Rivera Jiménez
  • 20 ago 2023
  • 4 Min. de lectura


DE FRENTE A LA MUERTE

No sé cuántos de ustedes alguna vez han estado cara a cara con la muerte. Es en ese momento, cuando los pensamientos que llegan a tu mente son los que tienes como prioridad en la vida. El Señor permitió en una noche frente a la casa de mi mamá que dos personas enmascaradas me asaltaran a mano armada, me golpearan con el arma haciéndome sangrar y luego apuntando con la misma uno de ellos le grito al otro, “mátalo”. Esa noche, en ese instante, pasó por mi mente, como si fuera una película, de manera rápida lo que realmente valoraba en esta vida. En seguida pensé: se acabó todo. ¿Qué sería de mi familia en la tierra y qué sería de mí en la muerte? Dios por su gracia permitió este suceso para despertar en mí la necesidad de la búsqueda de un propósito para vivir. Es a partir de ahí, donde mi corazón comienza a sentir fuertemente la inquietud, el hambre y la sed de conocer la razón de mi existir. Interrogantes como: ¿De dónde vengo y hacia dónde voy? y ¿Cuál es la razón de mi propósito? Invadieron mi mente desde este traumático suceso. Todo esto me dirigió a la etapa de mi juventud, la cual no fue fácil.


INTERÉS POR LO ESPIRITUAL

Pasé por el divorcio de mis padres y eso me llevo a una rebeldía lejos de lo que llamaríamos una vida bajo la dirección y el temor de Dios. Estando en la universidad, cursando el bachillerato en Biología, un día estaba en casa de mi novia estudiando para un examen y de repente llega un hombre con su guitarra y su Biblia a darle estudios bíblicos a mis suegros. Entonces el interés se despertó en mí y le dije a mi novia que quería escuchar lo que ese hombre iba a decir y enseñar. Fue entonces cuando comencé una serie de estudios bíblicos y al finalizarlos me bauticé en la Iglesia Adventista del Séptimo Dia. Tenía una pasión por todo lo que estaba aprendiendo y comencé a desarrollarme en la iglesia en donde me dieron el cargo de diácono, anciano y fue tal el desempeño que en una ocasión el presidente de la Asociación del Este de la Iglesia Adventista del Séptimo Día al visitar la iglesia local y al verme dando estudios bíblicos me ofrecieron entrar al ministerio como Obrero Bíblico asalariado por la Iglesia. Esto solo lo menciono para hacer notar que fui una persona muy activa dentro de la Organización Adventista.


INCONGRUENCIAS Y PARADIGMAS

Sin embargo, al pasar el tiempo y continuaba estudiando la Biblia, especialmente los libros de: Romanos, Gálatas y en especial Hebreos y me percato de muchas inconsistencias en cuanto algunas doctrinas que enseñaba la Iglesia Adventista. En especial en cuanto a la ciencia o el conocimiento del evangelio como es descrita por el apóstol Pablo en el Nuevo Pacto. Es aquí donde comienza una jornada llena de paradigmas que tuve que enfrentar porque mi fe en Cristo estaba bien fundada, pero había ciertas doctrinas que se desviaban de la “fe que ha sido una vez dada a los santos.” Esa jornada me llevó dos años de investigación y estudio profundo para escribir un folleto de estudios bíblicos titulado: “Los Adventistas del Séptimo Dia: Sus doctrinas refutadas a la luz de la Biblia”, el cual contiene una serie de 22 preguntas y respuestas en donde se muestra bíblicamente los versículos y textos que contradicen algunas enseñanzas de la IASD. Quiero recalcar aquí que mi sentir por la IASD es genuinamente igual que el sentir del apóstol Pablo por Israel en Romanos 10:1-2 “Hermanos, ciertamente el anhelo de mi corazón, y mi oración a Dios por Israel, es para salvación. Porque yo les doy testimonio de que tienen celo de Dios, pero no conforme a ciencia”. Tengo muchas amistades adventistas que aprecio mucho y ciertamente la IASD tiene doctrinas fundamentales tales como la Trinidad, las Sagradas Escrituras, la Deidad de Cristo, etc. Pero es precisamente aquí donde entra el discernimiento, como lo expresó Charles Spurgeon: "Discernimiento es la capacidad de distinguir la verdad, de la casi verdad.” Entonces fue cuando el Señor por su gracia me enseñó la Gracia bíblica dándome la certeza y seguridad que el apóstol Juan expresa en su evangelio: “De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, más ha pasado de muerte a vida. Y el testimonio es este: que Dios nos ha dado vida eterna, y esta vida está en Su Hijo. El que tiene al Hijo tiene la vida, y el que no tiene al Hijo de Dios, no tiene la vida. estas cosas les he escrito a ustedes que creen en el nombre del Hijo de Dios, para que sepan que tienen vida eterna” (Jn.5:24; 1 Juan 5:11-13; RVR 1960).


El proceso investigativo fue duro, pues a nadie le gusta ser confrontado con la verdad. Sin embargo, en el transcurso de esta investigación siempre hubo una disposición del alma para conocer al único y verdadero Dios. Lo importante en esta parte de mi redacción es que, usted lector, sepa que: Existe un Dios que puede cambiar tu vida y que si estás muy atento a lo que ÉL dice en Su revelación escrita (Biblia) te dirigirá por el camino de la verdad.


***CONTINUARÁ***



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"En cambio, hablaremos la verdad con amor y así creceremos en todo sentido hasta parecernos más y más a Cristo, quien es la cabeza de su cuerpo, que es la iglesia. Él hace que todo el cuerpo encaje perfectamente. Y cada parte, al cumplir con su función específica, ayuda a que las demás se desarrollen, y entonces todo el cuerpo crece y está sano y lleno de amor."

Efesios 4:15-16

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