Sin caravana
- Orlando Rodríguez Fonseca

- hace 2 días
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Texto base: Lucas 2:8–9
“En la misma región había pastores que estaban en el campo, cuidando sus rebaños durante las vigilias de la noche. Y un ángel del Señor se les presentó, y la gloria del Señor los rodeó de resplandor, y tuvieron gran temor.”
En Puerto Rico, cuando vienen los Reyes, nadie quiere perdérselos. Hay caravanas, música, anuncios por micrófono y mucha expectativa. Todo es ruido. Todo es aviso. Todo es movimiento.
Pero cuando Dios anunció la llegada del verdadero Rey, no hubo caravana.
No hubo música recorriendo los pueblos.
No hubo multitudes esperando en la carretera.
Hubo noche.
Hubo silencio.
Hubo campo.
Y hubo pastores.
Dios no necesitó espectáculo para anunciar lo más grande que haría por la humanidad. Su entrada fue sencilla, silenciosa y fuera del centro de atención. El cielo se abrió, no para los poderosos ni para los famosos, sino para hombres comunes, en una noche común.
Así comienza el evangelio: sin ruido, pero con gloria.
Mirando la semana:
Esta semana exploraremos cuatro principios que emergen de Lucas 2:8 en adelante:
Dios suele anunciar Sus mayores obras en escenarios sencillos.
Dios se acerca primero a los que el mundo suele ignorar.
La gloria de Dios produce temor antes de producir consuelo.
La mayor manifestación de la gloria de Dios es Cristo mismo.
Preguntas de aplicación:
¿En qué lugares ruidosos suelo esperar que Dios se manifieste?
¿Estoy atento a la voz de Dios en medio del silencio y lo cotidiano?
¿Podría estar Dios obrando hoy fuera de mis expectativas?
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