Lo que miras termina gobernando tu corazón
- Orlando Rodríguez Fonseca

- 9 dic
- 2 Min. de lectura
Mateo 6:19–23 (NBLA)
“Porque donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón…”
Hoy Jesús habla con claridad:
“Donde esté tu tesoro… allí estará también tu corazón.”
Cuando menciona que el ojo es la lámpara del cuerpo, revela algo profundo: Lo que entra por tus ojos llega a tu corazón. Así como la boca alimenta al estómago, tus ojos alimentan tu interior.
Lo que ves, lo deseas.
Lo que contemplas, lo persigues.
Lo que admiras, lo valoras.
Pero aquí está el peligro: Tus ojos nunca se sacian.
Proverbios 27:20 lo dice:
“El Seol y el Abadón nunca se sacian; tampoco se sacian los ojos del hombre.”
Tus ojos siempre quieren más:
Más brillo.
Más logro.
Más consumo.
Más estatus.
Por eso Jesús advierte:
“Cuida lo que alimenta tu mirada.”
Si tu mirada está en lo material, tu corazón se nutrirá de eso. Tarde o temprano sentirás que necesitas alcanzar todo lo que tus ojos han deseado.
Ya te ha pasado. Te empeñaste en algo legítimo y dijiste:“Con esto, ya estoy satisfecho.” Pero cuando lo obtuviste… la satisfacción fue momentánea.Pronto descubriste que no era suficiente. Querías más.
Peor aún: Para mantener lo que deseaste, trabajaste más, sacrificaste más…
Y lo primero que se alejó fue tu familia, tu iglesia y tu intimidad con Dios.
¿Qué llegó después?
Ansiedad.
Estrés.
Temores.
Cargas internas.
Jesús sabía esto, por eso te confronta y te cuida:
Lo que valoras… te gobierna.
Lo que atesoras… te amarra.
Lo que buscas… te transforma.
La cuestión no es si deseas cosas; todos deseamos. La cuestión es qué deseas y hacia dónde esos deseos arrastran tu corazón.
Aplicación:
Hazte esta pregunta:
¿Qué estás mirando que está moldeando tus deseos?
Pídele al Señor que enfoque tu mirada en lo eterno, en lo que permanece, en lo que sostiene tu corazón.
Que sea Su luz, y no tus apetitos, la que gobierne todo tu ser.
%20(100%20x%20100%20px).png)



Comentarios