¿Para qué estoy aquí?
- Orlando Rodríguez Fonseca

- 10 nov
- 2 Min. de lectura
Texto base: Romanos 11:36 (NBLA)
Porque de Él, por Él y para Él son todas las cosas. A Él sea la gloria para siempre. Amén.
Hay mañanas en las que el alma se despierta antes que el cuerpo.
Y aunque físicamente te levantes, internamente sigues sentado frente a una taza de café, mirando al vacío, intentando descifrar la existencia.
No eres el único. A todos nos pasa. Esa mini crisis existencial antes de entrar al ritmo automático del día es más común de lo que admitimos.
A veces pensamos que esas preguntas son señal de confusión… pero la verdad es que son ventanas profundas donde el corazón revela lo que más anhela entender:
¿Por qué estoy vivo?
¿Qué se supone que yo esté haciendo con mi vida?
¿Existe realmente un propósito más allá de sobrevivir un día más?
No importa si la persona es creyente o no. Jóvenes o adultos. Reformados, pentecostales, agnósticos, ateos.
Todos estamos hechos con esa necesidad interna de responder esas preguntas.
Y la Biblia no las deja en el aire.
La Biblia da una respuesta.
La palabra que resume esa respuesta es: Adoración.
Fuiste creado para adorar.
Nuestra vida entera es una respuesta hacia aquello que gobierna nuestro corazón.
Como dijo Paul Tripp:
la adoración no es solo lo que hacemos; la adoración define quiénes somos.
La pregunta nunca es si adoramos o no. Esa parte es inevitable.
La pregunta verdadera es qué o a quién estamos adorando.
Cuando tu vida comienza desde este punto… entonces el resto de las piezas comienzan a acomodarse.
No estás aquí por casualidad ni por accidente… estás aquí para vivir para la gloria de Dios.
Preguntas para reflexionar hoy:
1. ¿Qué ocupó más mi mente e imaginación esta semana?
2. ¿Eso que ocupa mi mente… gobierna realmente mi corazón?
3. ¿Mi propósito lo estoy definiendo por lo que hago… o por A Quién pertenezco?
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